lunes, 19 de mayo de 2008

Tras la ida de Frank hay que pasar la hoja y darle la bienvanida a Pep

El técnico holandés deja el Barcelona tras cinco años de éxitos y decepciones. Un lustro en el que se ha ganado el cariño de la afición culé y el respeto de todo el mundo del fútbol. Su elegancia dentro y fuera del terreno de juego ya forma parte de la historia azulgrana.

HASTA SIEMPRE FRANK...

LUCES

Señorío

No se le ha visto perder los nervios en ninguna rueda de prensa. Jamás ha aireado los trapos sucios del vestuario ni ha querido robar protagonismo a los jugadores cuando estos saborearon el éxito. Un caballero que ha encarnado perfectamente los valores del trabajo, el compromiso y la honestidad. Implicado desde el primer día con el proyecto de Laporta, ha defendido a ultranza a los suyos, incluso cuando le han atacado.

Ronaldinho

Llegó junto al brasileño y enseguida le dio la libertad necesaria para que liderara el equipo a su gusto. Mimos, complicidades y demás vinculaciones personales posibilitaron la eclosión de 'Ronnie' como mejor jugador del planeta. Ronaldinho ha sido siempre el 'protegido' del entrenador, una condición que a veces ha producido envidias en la plantilla. Rijkaard hizo lo posible para que volviera a ser el que era.

Estilo

Tres delanteros (dos extremos fijos y un ariete) y tres centrocampistas (dos de toque y un pivote de contención). La solidez del fúbol italiano y la vocación ofensiva del holandés. El 'libro de estilo' de Frank es simple pero efectivo: posesión, presión al rival en su terreno y carriles versátiles. La fórmula se antojaba infalible, hasta que los jugadores dejaron de condimentarla con el ingrediente básico: sacrificio.

Autogestión

Lejos de ser un técnico autoritario y aplicar sanciones ejemplares a aquellos jugadores que no cumplieran con su deber profesional, Rijkaard adoptó desde el principio una actitud contemplativa, dejando de lado el rol de 'jefe' de vestuario para acercarse a los jugadores como un compañero más. Dio facilidades al grupo para que gestionaran sus problemas ellos solos. Le ha acabado pasando factura.

Cantera

Eternamente agradecido. Así es como se siente Messi con Rijkaard. El holandés enseguida confió en las posibilidades de Leo, dándole incluso la titularidad en el histórico 0-3 del Bernabéu, cuando por aquel entonces ‘el Pulga’ acababa de estrenar la mayoría de edad. Se le recordará también como el gran valedor de Bojan y Giovani.

SOMBRAS

Táctica

Leer los partidos no es su punto fuerte. Cuando los rivales empezaron a conocer el estilo de juego azulgrana se vio sorprendido. El 3-4-3 fue un invento efímero que no cuajó y jamás se ha atrevido a jugar con dos únicos delanteros. Nunca le ha ganado la partida a un entrenador de perfil táctico (Pellegrini o Benítez) y a duras penas sabe usar el banquillo para modificar encuentros. Iniesta no saltó de titular en París. Todo un sacrilegio.

Disciplina

Por mucho que lo niegue, a Rijkaard le ha faltado contundencia en su relación con la plantilla del primer equipo. No ha sabido aplicar 'mano dura' cuando tocaba y ha abusado del diálogo cuando el escarmiento pasaba por la sanción pura y dura. Los entrenamientos han dejado mucho que desear, tanto en la parcela de la preparación física como en la estratégica. La sensación que deja es la de ser un entrenador blando y débil ante situaciones de descontrol.

Autocomplacencia

No es normal que un equipo campeón se derrumbe en tan poco tiempo y mucho menos que el entrenador no haga nada para solucionarlo. Rijkaard las ha visto de todos los colores en el vestuario azulgrana y, sin embargo, ha hecho la vista gorda. Se le exigió que aplicara un código interno de conducta pero ni por asomo quiso desvirtuar su condición de 'amigo' de los futbolistas. En ocasiones ha roto su palabra de hacer jugar a los que están más en forma o retirar del campo a los menos útiles para evitar dañar el ego de futbolistas como Deco, Henry, Eto'o o Ronaldinho. Erró al pensar que los futbolistas sabrían motivarse sin aspavientos.

¡BIENVENIDO PEP!

Sin rastro de Mourinho. El ex capitán del Barça es el elegido para reflotar la nave culé. Una difícil papeleta que tiene como puntos calientes el reanimar el corazón de la afición azulgrana y el construir un equipo competitivo capaz de apaciguar la euforia blanca.

LA LIBRETA DE GUARDIOLA

Fútbol atractivo

Como el que 'mamó' con Cruyff durante su etapa en el 'Dream Team'. La filosofía atacante es una de las señas de Guardiola, que no va a romper con el esquema del 4-3-3 y va a seguir desplegando un juego vistoso y ofensivo. Priorizará el juego por las bandas y ya ha pedido a jugadores capacitados para desarrollar funciones exclusivas de extremo.

Iniesta y cía

¿Será el primer técnico en dejar de marear al manchego con el cuento de la polivalencia? ¿Se atreverá a darle el '10' de Ronaldinho de una vez por todas? La titularidad de Don Andrés está más que asegurada. Así como los futbolistas de la cantera seguirán teniendo oportunidades en el primer equipo. Además, Guardiola los conoce a la perfección.

Temperamento y carácter

Este año ya ha sido expulsado un par de veces. Todas ellas por excederse en sus contestaciones a los colegiados. No para quieto ni un segundo y si tiene que abroncar a un jugador en mitad de un partido, lo hace sin contemplaciones. En este sentido, se le ve más capacitado que Rijkaard para recomponer las piezas en el transcurso de un choque.

Disciplina diaria

Pep considera que los entrenamientos no están para demostrar el talento de cada uno y sí para mejorar la condición física del jugador. Dobles sesiones de entrenamientos (mañana y tarde) serán la tónica a partir de ahora. Habrá palizas, sesiones de análisis del rival y actividades habituales con balón. La idea es que los jugadores permanezcan la gran parte del día en las instalaciones del club, al más puro horario de oficina. ¿Lo aguantarán?

‘Noi de casa’ (canterano)

Guardiola es un tipo exigente al que le gusta hacer bien las cosas. Su compromiso con el club que le vio crecer como futbolista es total. En el banquillo únicamente ha dirigido al filial azulgrana en Tercera División pero sus ex compañeros coinciden en que ya tenía madera de técnico cuando estaba en activo. Y es que ser capitán de un equipo como el Barcelona es toda una responsabilidad al alcance de muy pocos. Por eso, y porque ha vivido todo tipo de situaciones como jugador -éxitos, gestas, fracasos y decepciones-, su misión debe ser la de impregnar el sentimiento culé que tiene tan arraigado a sus pupilos.

Máxima competencia

Pep asume el reto de recomponer a un equipo tocado y hundido pero es consciente que para que esto se lleve a cabo con éxito se necesitan caras nuevas, jugadores con hambre de títulos. Txiki tiene trabajo porque Guardiola le ha pedido al secretario técnico dos jugadores de nivel por puesto, garantía de que los titulares no podrán dormirse en los laureles. La idea no es nueva, ya se probó con Henry el pasado curso. Pero este año, lo que desea Guardiola es un buen puñado de jóvenes cuya única aspiración sea la de hacer historia con el Barça (Silva, Alves, Piqué, Benzema cumplen estos requisitos...)

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